Desde que llegan los camiones con la preciosa carga de maíz proveniente de los distintos centros de producción agrícola y hasta despacharlo nuevamente en óptimas condiciones para la industria alimentaria, Winder Pérez está detrás de los hilos que mueven la moderna maquinaria de la Asociación Productores Agrícolas de Venezuela (Aproven) y esto lo está haciendo con la misma mística y compromiso desde sus inicios de la empresa.
Al llegar los camiones descargan en la tolva y de ahí el grano pasa a las prelimpiadoras donde se les despoja de las impurezas que pudieron haber recogido durante el proceso de cosecha, luego de ello pasa a la secadora en la que, por acción del calor seco, el maíz es tratado hasta que llega a un nivel óptimo de humedad, preparándolo de esta manera para su comercialización y posterior uso en la industria.
En el área de laboratorio Pérez tiene la responsabilidad de determinar la densidad del grano, es decir, la relación entre su peso y su volumen, lo cual indica la calidad del mismo, paso importantísimo pues en Aproven trabajamos para brindar a la industria granos de alta densidad que les permitan elevar la productividad y la calidad de sus productos.
En el laboratorio se determina además la cantidad de impurezas presentes en la carga así como el porcentaje de humedad, cálculos que se hacen de forma estandarizada y adaptada a los más rigurosos procedimientos a fin de que al productor se le cancele el valor justo de su cosecha.
Pérez llegó hace 12 años a Aproven, luego de un breve paso por empresas Polar, donde aprendió lo más básico del sistema de secado, y desde entonces ha estado trabajando como operador de planta, siempre con la ayuda y enseñanzas del presidente de la empresa Nicolás Romano.
Pérez desea que Aproven siga creciendo y por ello se ha estado preparando, mirando al futuro de la empresa como un reto personal y colectivo, estudiando los ingenios tecnológicos que durante los últimos años han venido transformado a la agroindustria para permanecer a la vanguardia y poder guiar diligentemente y con pericia a quienes estén a su cargo.
De acuerdo a lo indicado por Pérez, “laborar en Aproven ha sido una experiencia de trabajo arduo que ha traído consigo grandes sacrificios, pero también ha sido excepcionalmente gratificante”, tanto a nivel personal y económico, como a nivel profesional pues la empresa le ha dado las oportunidades para desarrollar todo lo sabe en cuanto a la optimización de las cualidades físicas de granos y cereales.