Janhael Castellanos Salazar: “Aquí en Aproven siempre he encontrado respuestas”

 El amor por el campo, el arte de plantar y cosechar, de criar animales para el consumo masivo, forma parte del ADN de Janhael Castellanos Salazar, quien proviene de una familia dedicada a la noble labor de producir alimentos y formar parte de la cartera de agricultores de la Asociación de Productores Agrícolas de Venezuela (Aproven), a la que está ligado desde que la empresa inició operaciones.
Castellanos es un productor de tradición. Su abuelo, su papá, su mamá y sus hermanos se dedican a ello, no conocen otro oficio que este, que les ha generado tantos dolores de cabeza como muchas satisfacciones. Sus hermanos, 7 en total, también están dedicados a labrar la tierra.
“Yo nací en la agricultura. Comencé a trabajar con mi padre a los 5 años, a esa edad ya estaba en el campo. Mi papá sembraba a pulso, él iba adelante con la coa y yo detrás con la semilla de maíz”, recuerda este barquisimetano de nacimiento y portugueseño de corazón.
A la muerte de su madre, varios años después de la del patriarca de la familia, los hermanos Castellanos Salazar acordaron dividir las tierras, que eran principalmente ganaderas. En su caso, decidió vender los animales y dedicarse a la siembra en una superficie de 90 hectáreas. Trabaja principalmente con maíz que le ha dado muy buenos resultados. Ha experimentado con cultivos como el frijol y el ajonjolí donde no le fue como esperaba.
Siembra maíz amarillo desde hace unos 6 años y espera sembrar blanco para el próximo ciclo de invierno 2021.

El primer camión

Hace 15 años, cuando Aproven inició operaciones, el primer camión cargado de maíz externo que procesó pertenecía a Janhael Castellanos. Desde entonces, existe una excelente relación en la que el consorcio lo define como una persona honrada, de palabra, un agricultor de primera línea.
En aquellos años le vendía una parte de su producción, hasta que hace algunos años pasó a formar parte del programa de financiamiento de la asociación, con la que ―aseguró― le ha ido bien. “Aquí en Aproven me ha ido bien, siempre he encontrado respuestas. Nicolás (Romano, presidente del consorcio), me ha tendido la mano, me ha tratado bien, ha sido buena persona conmigo”.

No funciona

El agricultor hizo duras críticas a la semilla de maíz nacional, que “no funciona, no se puede sembrar”.
Hace como 20 años ―recuerda― sembraba semilla nacional y no obtenía más de 3 mil kilos por hectárea. Cuando empezamos a sembrar semilla importada producía entre 6 mil y 7 mil kilos. Aquí comenzó a rendir el maíz cuando llegó la semilla Dekalb, que fue la primera que se importó.
Este año consiguió la semilla importada, porque se niega a cultivar la nacional. Fue poca porque estaba difícil y bajaron los rendimientos.

Ponerle mucho amor

Castellanos Salazar es poco optimista sobre el futuro de la agricultura, dada las difíciles circunstancias actuales.
―Para seguir trabajando la agricultura hay que tenerle mucho amor, porque ya no está resultado, todos los insumos caros y nos quieren pagar poco. Los que salieron peor son los que le entregan el maíz al gobierno. Si seguimos así, la agricultura será para ricos, agrega.
“Hay que seguir luchando y ponerle amor, porque es la única manera de poder subsistir como agricultores”, sentenció.

Comparta esto...