Agricultor de tradición, Amador Alvarado Canelón lleva el campo en la sangre. Heredó la pasión por este duro trabajo de su padre. “Cuando uno se dedica a la agricultura, está obligado a ser bueno en lo que hace, ser responsable con uno mismo y con quien te financia. Esa fue la enseñanza de mi padre y así lo sigo practicando”, señala con convicción.
En la finca Las Margaritas, conformada por 29 hectáreas y que está ubicada en Choro Gonzalero, municipio Esteller del estado Portuguesa, cultiva maíz blanco y amarillo, que alterna en verano con caraotas y frijol chino. Oriundo de Sanare, estado Lara, dice que las preocupaciones de su oficio son las mismas que las de cualquier otro pequeño productor, no obstante, él ha conseguido que estas amainen desde que entró a formar parte de la Asociación de Productores Agrícolas de Venezuela (Aproven).
Alvarado es uno de los agricultores que está con Aproven desde los inicios del consorcio, hace 15 años, en una alianza que califica de exitosísima y que lo ha llevado a obtener altísimos rendimientos en el cultivo del maíz, incluso por el orden de los 10 mil kilos por hectárea.
“Ha sido una relación muy buena que en cualquier parte no la tienes. En todas partes no te tratan como aquí. Cuando llegué tenía una hectárea sembrada y Nicolás Romano me dio apoyo crediticio. Hoy tengo 29 en plena producción”, asegura.
“Comencé a trabajar la tierra desde pequeño, con mi padre en Sanare. Luego me vine para Portuguesa y conseguí un lote de terreno en Choro, a través de una cooperativa. En principio, solo sembraba una hectárea, pero con el apoyo que me ha dado Aproven, ya voy por 29 y la meta es seguir creciendo”, reiteró Alvarado, quien tiene una familia conformada por esposa y dos hijas.
Esas tierras se prestan para todo eso, son tierras buenas, vegas, afirma; no obstante, considera que no solo basta con tener una buena tierra sino saberla trabajar.
Si la tierra es buena –explica- y usted no la trata como es, tampoco le va a rendir. Hay que estar encima de la siembra para que el monte no se coma el cultivo. Hay que escuchar la tierra, comprenderla, saber qué es lo que pide.
Esto último lo aprendió de su padre y de otros compañeros de faena, en esa sabiduría popular que se transmite a través de los años y que lo lleva, entre otras cosas, a determinar cuándo comienza el periodo de invierno del próximo año y la duración que este tendrá, solo con estar pendiente de la lluvia que cae el 31 de octubre. “Si llueve y truena, va a haber agua hasta diciembre”, señala convencido.
A tiempo completo
Para Amador Alvarado la agricultura es un trabajo a tiempo completo, prácticamente vive en sus tierras, cuidando el cultivo para que crezca como debe ser y no sea objeto de robos.
-Ese maíz está comprometido con quien nos financia. Vivimos metidos en las parcelas porque este maíz ya no es de nosotros, sino de Aproven y se lo debemos entregar completico, añade.
Se siente orgulloso de que, a pesar de ser un pequeño productor, obtiene excelentes resultados, lo que logra con las semillas e insumos de calidad que Aproven le entrega a tiempo, aparte del cuidado constante de la siembra.
“Para obtener un buen rendimiento hay que estar encima del cultivo; además de que las semillas e insumos que se utilicen sean de primerísima calidad y eso nos lo garantiza Aproven, así como un excelente apoyo técnico”, recalcó.
Comentó que antes de conseguir el apoyo de Aproven, trabajó con el Fondas y no le fue bien, ya que la semilla que suministraba no era buena y los insumos siempre eran entregados con retardo. “Aproven entrega semillas buenas, como Dekalb y Pioneer que son excelentes y rinden mucho”, asevera.
Amador Alvarado destaca el apoyo decidido que les brinda Nicolás Romano, quien les da facilidades, les entrega semillas e insumos de calidad y a tiempo y, lo más importante, “cree en nosotros y nos valora como agricultores y como personas”.
Este hombre del campo se siente agradecido con Aproven y su presidente, que siempre ha creído en él y que como recompensa e incentivo a su trabajo, por haber logrado y mantenido excelentes resultados por hectárea, lo provee de forma gratuita de los insumos para la nueva siembra.
“Romano creyó en mí, me apoyó y me sigue apoyando y eso lo retribuyo siendo cada día un mejor productor”, agrega con satisfacción.