Como millones de jóvenes venezolanos, Diego Luna Aguilar se marchó del país en busca de un nuevo horizonte y, como otros miles más, regresó a su tierra natal, decidido a trabajar y ayudarla a crecer, con el plus de estar cerca de su familia, de sus afectos.
Y es que vivió en carne propia lo que es estar alejado de tus raíces, de tu cable a tierra, quizá porque emigró muy joven, a la edad de 19 años. Como él mismo lo señala, en su caso, por ahora, el costo de estar afuera es más emotivo que económico.
Este amable joven, de sonrisa cálida, tiene 24 años y es Ingeniero en Telecomunicaciones, egresado de la Universidad Fermín Toro. Es venezolano-uruguayo, siente las dos nacionalidades como suyas, “más como nos las hace vivir mi papá, tanto en la vida como en el fútbol”.
Su padre, Walter Luna, considerado como uno de los mejores zagueros centrales que han pasado por las filas del Pentacampeón Portuguesa FC, echó raíces en esta tierra, en la que se enamoró, se casó y junto a su esposa Gisela Aguilar, estableció una familia que complementan dos varones; Jorge, futbolista profesional, y Diego, que prefirió formarse como ingeniero.
Difícil experiencia
Motivado a la situación de Venezuela, en septiembre de 2019, Luna decidió irse a Uruguay, a vivir con un tío que tiene una empresa en el área de la construcción. Era la primera vez que salía del país solo, nunca había trabajado en su vida, se fue a la expectativa de ver qué iba a pasar.
Comenzó a trabajar con su tío -radicado en el interior del país- y no se sintió bien en el área de construcción; por lo que decidió abrirse e irse solo a la capital, Montevideo, a buscar algo que le gustara hacer, consiguiendo empleo en una tienda que vende aparatos electrónicos, donde se quedó unos meses.
Emigrar -reflexiona- no es fácil. inclusive para mí que tengo doble nacionalidad. Estar solo en otro país no es fácil, si no lo fue para mí, no me imagino cómo será para quienes no los une nada a la nación a la que llegan. Uruguay es un hermoso país, organizado, pero extremadamente cotoso y si no tienes un complemento, otra persona para ayudar a cubrir los gastos, sencillamente no te da la base.
Su aventura duró escasos 5 meses. Para él, el costo de estar afuera fue más emotivo que económico. Regresó justo un mes antes de que se decretara el confinamiento por la pandemia de Covid 19, aprovechando la gerencia logística que coordinó su papá con dos equipos de fútbol que venían a jugar en Venezuela. Llegó en febrero y en marzo se fue establecido el aislamiento.
La razón por la que decidió volver fue la soledad, estar lejos de su familia, de sus costumbres, hasta de una arepa; por eso se quedó aquí y no buscó otro país, “Si no tienes alguien que te apoye en el día a día es muy difícil, más teniendo a tus padres aquí que están bien”, expresa.
Mente abierta
A su regreso, en los tiempos duros de la pandemia, trabajó con su padre en una distribuidora de lubricantes, aceite, filtros, repuestos, radicada en Valencia. Allí se desempeñó como Community Manager, hasta que en 2020 le ofrecieron una oportunidad laboral en la Asociación de Productores Agrícolas de Venezuela (Aproven).
A la pregunta de qué hace un Ingeniero en Telecomunicaciones en una empresa con el perfil de Aproven, no duda en responder en que “hay que abrirse campo, tener la mente abierta, más en un país con tantas dificultades, y aunque trabajo en la parte de computación en el área de romana, he tenido que aprender del cultivo de maíz y otras áreas de la agricultura”.
En la vida hay que arriesgarse -continúa- esto para mí significó un reto porque no tenía conocimientos sobre el cultivo de maíz, al igual que del área agrícola en general. Al principio fue complicado, porque no conocía nada del tema y poco a poco fui aprendiendo, especialmente del presidente de la empresa, Nicolás Romano. Uno con él aprende mucho, porque domina a la perfección esta área, y yo soy una persona que habla poco, pero escucha mucho.
Al principio estuvo en el área de financiamiento, luego en la romana, que es una labor compleja, con mucha presión, que tiene que ver más con la computación, con los sistemas. Ahí vio que podía aportarle más a la empresa y ha hecho una excelente dupla con la encargada de ese departamento, Lisset Medina.
País de oportunidades
Para Diego Luna, Venezuela sigue siendo un país de oportunidades. “La clave es organizarse, enfocarte en tus objetivos y aprovechar las oportunidades de crecimiento que te lleguen. Si uno, como en mi caso, tiene una red de apoyo y además te organizas bien, claro que tienes futuro tanto aquí como en otro país”
Bajo esta premisa, no se ha planteado volver a emigrar. Tengo a media familia, incluyendo a mi hermano en los Estados Unidos -prosiguió- e insisten mucho en que me vaya. Yo no me veo allá, por lo menos por ahora, yo sé lo que es estar lejos de tu país, a mi nadie me va a decir que las cosas son fáciles. Ahorita no tengo necesidad de irme, tengo a mis padres, a mi novia, otra parte de la familia y un trabajo estable. Yo se lo que es estar afuera, se ganará mejor, pero también tengo que trabajar duro para ello, sacrificando muchas cosas que aquí tengo.
Reitera que, pese a todos los problemas, vale la pena seguir en Venezuela. “Es cuestión de organizarse, todo lo que te propongas tu lo puedes lograr. Si trabajas fuerte y te enfocas, te aseguro que lo logras”, insiste.
Está consciente de que no todos los jóvenes tienen la misma posibilidad y de que cada quien ve las cosas desde el punto de vista de su entorno; no obstante, asegura que en el país se están haciendo inversiones que abren un abanico de opciones que hay que aprovecharlas, en el mejor sentido de la palabra. Solo hay que enfocarse y proponerse a lograr las metas que te planteas.
Para él, es importante mirar las oportunidades que se abren, saber que, así como hay cosas malas, también hay cosas buenas, tratar de enfocarse en lo positivo.
-Mi papá siempre dice que Venezuela es un país de oportunidades, donde te caes y te vuelves a levantar, y esto no sucede en otras partes; yo comparto esta opinión, como también su enseñanza de que siempre hay que darle un plus a lo que haces, no dar el 100 por ciento, sino el 110 por ciento siempre, expresa.
A los jóvenes que están pensando en emigrar, Diego Luna les recomienda que antes de hacerlo, saquen un título profesional. “Esta es una decisión muy personal, solo les diría que se preparen, que no dejen de estudiar. Si llega a irse del país, tiene más posibilidades una persona que tenga un título a una que sea solo bachiller, es muy importante estar preparado, siempre estudiar. Un titulo te abre muchas puertas, porque eso es currículo y en otros países eso vale mucho”.